27
Mayo
2020
|
10:43
Europe/Amsterdam

"Los espacios que nos rodean deben satisfacer nuestras necesidades emocionales"

#AsómateALaVentana - Juan Luis Higuera, arquitecto e investigador de NeuroArquitectura

Entrevistamos a Juan Luis Higuera Trujillo, arquitecto e investigador en el área de NeuroArquitectura en la Universidad Politécnica de Valencia, para conocer un poco más sobre esta disciplina y sus aplicaciones en la sociedad. ¡Gracias por tu tiempo!

Explícanos en qué consiste la neuroarquitectura y por qué te decantaste por esta disciplina.

La neuroarquitectura es la aplicación de la neurociencia a la arquitectura. Para su aparición determinados avances tecnológicos han sido clave: las herramientas de neuro-imagen y las herramientas de simulación ambiental (como la realidad virtual) actuales. En conjunto proporcionan el marco para nuevas investigaciones y trabajos profesionales que, más o menos acertadamente, quedan englobados bajo este término.

Tradicionalmente, la intuición ha sido la principal manera de abordar la dimensión emocional de la arquitectura. Utilizándola, los distintos profesionales del diseño arquitectónico han intentado explotar algunos de los fundamentos perceptivos de la experiencia del espacio para determinar las características más apropiadas. Sin embargo, aunque la intuición es fundamental en diseño, no es suficiente. Cualquier arquitecto o diseñador debe haberlo percibido durante el acto creativo. En mi caso, esto me llevó a buscar nuevas vías complementarias, ya desde mi formación como estudiante. Más adelante tuve la fortuna de entrar en el grupo de investigación de neuroarquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia, con MªCarmen Llinares.

  • ¿Por qué el diseño de un espacio físico influye en nuestro bienestar?

El impacto tiene una muy fuerte influencia en el bienestar. No solo puede provocar activaciones cerebrales, sino también modular la función genética. En consecuencia, los cambios en el espacio, natural o construido, tienen impactos importantes.

Las consecuencias en la cognición y el estrés son ilustrativas. En cuanto a la cognición, una estimulación ambiental deficiente afecta el desarrollo del cerebro. En cuanto al estrés, se ha demostrado que algunos elementos ambientales tienen consecuencias negativas, como una peor recuperación de los pacientes y una menor esperanza de vida.

Sin embargo, el sentido no es solo negativo: podríamos utilizar las repercusiones cognitiva-emocionales del espacio a nivel terapéutico. Los ejemplos son tan variados como los espacios: hospitales que contribuyan a la curación; aulas que apoyen el rendimiento académico; entornos de trabajo que incentiven la colaboración; museos perceptualmente adaptados a las obras que alojan; restaurantes en los que la integración multi-sensorial potencie la experiencia gastronómica; e incluso actuaciones a nivel ciudad.

  • En su momento alertaste de los peligros que conlleva para nuestra salud el hecho de pasar el 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados. ¿Por qué es tan perjudicial?

Sobre todo, suelo recalcar la importancia de que los espacios que nos rodean estén diseñados para satisfacer nuestras necesidades cognitivas y emocionales.

La situación actual, que a la mayoría nos obliga a estar muchas horas dentro de los espacios, ha hecho que seamos más conscientes de ello. Sin embargo, en circunstancias normales cabe destacar que prácticamente toda nuestra vida la pasamos en espacios construidos; de forma que estas repercusiones no solo se refieren al tiempo que pasamos dentro, sino también fuera, en la ciudad.

En cuanto a las repercusiones propias de estar encerrados, creo que es una cuestión que corresponde a otros profesionales. Sobre lo que sí me parece necesario alertar es que muchos estudios de arquitectura empiezan a ofrecer servicios de neuroarquitectura, sin contar con la infraestructura tecnológica y científica necesaria.

  • En VELUX queremos transmitir la importancia que tiene la luz natural para nuestra salud. Y ahora, todavía más, ya que pasamos mucho tiempo en nuestras viviendas. ¿Qué podemos hacer para que nuestros hogares sean más saludables?

A nivel de neuroarquitectura, centrándonos en la dimensión cognitiva-emocional, para adaptar nuestros hogares tenemos dos enfoques: neuroarquitectura experimental, o basado en la literatura científica. Cada opción tiene distintos niveles, y por consiguiente unos beneficios y costes asociados.

  • Si se opta por lo primero, se debería acudir a un grupo consolidado y con investigaciones publicadas al respecto (de lo contrario, corremos el riesgo de caer en uno de esos estudios engañosos). Con este enfoque, podríamos adaptar exhaustivamente los espacios a las necesidades emocionales de los usuarios, sean individuos concretos o colectivos más amplios (entre los que estaría una familia). Aunque existen patrones comunes, todos los usuarios no respondemos igual a todos los estímulos.
  • Si optamos por lo segundo, podemos recurrir a la búsqueda de publicaciones especializadas. Existen muchas variables de diseño fácilmente controlables por el usuario y que a veces no reciben la atención suficiente. Por ejemplo: la presencia adecuada de iluminación natural, la temperatura de color e intensidad de la iluminación artificial, la presencia de vegetación, o las fragancias. Con este enfoque, podríamos adaptar algunas partes de los espacios a las necesidades emocionales generales de los usuarios. a los comentados patrones comunes.
  • Has realizado estudios que relacionan la neuroarquitectura con el diseño de espacios hospitalarios. ¿Cuáles deben ser las características de un hospital para beneficiar tanto a los enfermos y sus familiares como al personal sanitario?

A nivel de arquitectura hospitalaria, tenemos bastante recorrido. De hecho, fue nuestra primera aproximación y marcó considerablemente nuestro recorrido como grupo de investigación.

Entre los espacios concretos, nos hemos centrado en los propios del servicio de pediatría, desde las unidades de neonatología a las salas de espera. Fundamentalmente, intentando reducir el estrés a través del diseño. Entre los resultados, encontramos las relaciones que se dan entre variables de diseño asociadas a distintos sentidos. Por ejemplo, el uso simultáneo de música y fragancia relajantes puede reducir el estrés tanto o más que el uso de variables propias de la atmósfera visual. Además, combinar la atmósfera auditiva, olfativa, y visual genera efectos sinérgicos. Dado que la experiencia arquitectónica es multi-sensorial, todas estas variables pueden utilizarse para abordar su dimensión cognitiva-emocional. Resulta reconfortante confirmar que nuestro trabajo puede apoyar en situaciones tan delicadas.

  • ¿Cómo definirías VELUX en una palabra?

Luz.

Es una respuesta fácil, pero se me ocurren pocos conceptos con una repercusión tan amplia en la arquitectura como la luz. Además de la connotación que tiene sobre “ideación”, afín a algunas iniciativas de VELUX como los concursos para estudiantes o su software Daylight Visualizer.